Siempre fuiste tú y debi saberlo siempre
pero lo olvidé, y toda ineficiencia se paga
y el costo fue sangre, que llego al rio y mato los peces
que adornaban mi alma tan brillante de amor,
tan infinita e indescriptible.
Siempre fuiste tú, con aquella flor de papel
en aquella banca desde donde te percibí finalmente,
ahí se abrio el cielo y la luz por fin caia sobre tí,
y despejaba la oscuridad frente mis ojos
y mi corazón.
Siempre fuiste tú y ahora si que lo sé
porque es un castigo, un ejemplo
a la mediocridad sentimental
a la pasividad emocional
a los errores que cuestan más que una vida
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